Desde
el enfoque oriental que, esencialmente se basa en el equilibrio del
Yin-Yang, la dimensión física, mental y emocional no se puede
separar.
Nuestro
cuerpo responde a cada estimulo y orden que damos sean estas
conscientes o inconscientes, en todo momento estamos enviando
información, para producir una reacción electroquímica, que
generara una respuesta acorde a lo emitido. No solo metaboliza las
funciones básicas de transformar los alimentos en energía para
nuestro sustento, sino procesa energía que puede provenir del
exterior, sean estímulos físicos a través de los sentidos, tacto,
olfato visión, sino también estímulos psíquicos, estos a través
de las emociones o sentimientos y que están ligados a las creencias
y condiciones sociales acorde al medio donde nos manifestamos.
Cuando
alguien nos expresa su amor, su aprobación o estimula nuestra
autoestima, también producimos reacciones electroquímicas que se
ven reflejada en nuestro organismo al igual que en los procesos de
metabolización. Podemos sentir empatía o repulsión, en el momento
de encontrarnos con alguien a quien no conocemos y esta también es
una respuesta del exterior que nuestro organismo procesa, una forma
de energía que es acorde o no a nosotros.
Somos
un ente receptor consiente conectado con toda la creación, somos
energía en constante movimiento y transformación, captando y
procesando esta información que nos llega mas allá de nuestra
razón, nuestros centros energéticos o chakras los encargados de
mantenernos conectados con el universo y nuestras emociones las
encargadas de regular esta energía, aumentando nuestro sistema
inmune o debilitándolo acorde a nuestro sentir, haciendo fluir
libremente la energía o atrapándola dejándola estancada en algún
lugar de nuestro organismo.
Cada órgano esta ligado a una emoción y su buen funcionamiento estar marcado por el libre fluir o estancamiento de esta energía más allá de su función biológica.
Si
no somos capaces de vivir en armonía con la vida que nos rodea
aparece el desequilibrio y esto conduce al desorden y luego a la
enfermedad. Hay diversos síntomas que nos indican qué órganos
vitales, sin estar enfermos, están desequilibrados energéticamente.
El
primer síntoma que nos avisa es la fatiga, tanto física como
mental, que genera cansancio, pérdida gradual de un comportamiento y
pensamiento claros y la tendencia a la queja.
El
siguiente paso es el de los achaques y dolores físicos, sentimientos
de tristeza, pérdida de la confianza en uno mismo, olvidos,
obstinación y fijación en problemas insignificantes, perdiendo de
vista lo esencial.
A
continuación se altera la calidad de la sangre, se debilitan los
glóbulos rojos y blancos, aparece la acidez y alteraciones en la
tensión arterial, anemias y problemas de piel. Estos síntomas, muy
frecuentemente vienen acompañados de nerviosismo, irritabilidad,
depresión, miedo y pérdida general de dirección en la vida.
Si
la calidad de la sangre sigue debilitándose y la persona no cambia
el estilo de vida que lo ha llevado hasta ahí, si no sana sus
emociones, y su forma de alimentarse, surgirá la ira, la
impaciencia, la intolerancia, la frustración, pensamientos
ilusorios, y otros desequilibrios emocionales.
Para
comprender un poco más que nos sucede, volvamos al cuerpo y
escuchemos sus síntomas, escuchemos lo
que nuestro cuerpo manifiesta, en la forma en que él se expresa,
podremos identificar de una manera fehaciente que esta aconteciendo
en nuestra vida. Para
ello hablaremos a continuación de los órganos, de sus funciones,
pero sobre todo de su relación con las emocionales.
Al
escucharnos y detectar que anomalías estamos manifestando, veremos
que están íntimamente relacionadas con nuestra psique, con nuestras
emociones y forma de movernos en la vida.
Ahí
vamos:
El Hígado:
Está a cargo de descomponer y de almacenar y reconstruir la materia. Si la vida de una persona se desmorona, y no puede llevar a cabo la tarea de reconstruir, entonces almacenamos sensaciones de encontrarnos sobrecargados, sobre-exigidos, lo cual puede crear rabia, odio y resentimiento. Es el gran estratega encargado de filtrar la sangre almacenarla y redistribuirla acorde a las necesidades del organismo A nivel psíquico rige: la memoria inconsciente, la imaginación, la iniciativa, ambición, deseo. Cuando su energía es excesiva aparece la ira. Cuando está debilitado aparece falta de imaginación, falta de coordinación de las ideas, poca iniciativa y estados de ansiedad. La emoción del hígado, Puede adoptar varias formas modificadas entre ellas, La irritabilidad, la frustración, la envidia y la rabia. La rabia hace subir el chi y con él la bilis. Un sabor amargo en la boca, ojos enrojecidos o amarillentos, rubor en la cara y el cuello, vértigo y especialmente dolores de cabeza.
Los Pulmones:
Tienen
dos funciones: inspiran la vida y expresan ideas a través del habla.
Si hay problemas con los pulmones, puede ser que la expresión está
siendo sofocada, o que no te puedes expresar libremente, en algún
área de tu vida.
Este
órgano de vital importancia está directamente relacionado con el
primer contacto de vida, la inspiración y con el último contacto la
expiración. Los pulmones son la conexión entre el cielo y la
tierra, tomamos aire (prana) del universo y lo llevamos hacia nuestro
interior, para vitalizar nuestro organismo. Por consiguiente es de
donde tomamos la vida al inspirar y la entregamos al exhalar, es dar
y recibir rítmicamente en un orden perfecto, manteniendo los dos
polos de la dualidad equilibradamente. Las dificultades o las
enfermedades respiratorias o pulmonares están íntimamente ligadas a
nuestra capacidad de inspirar o tomar la vida tal cual es.
Debemos
revisar nuestra comunicación, si tenemos la necesidad de hacernos
escuchar, seguramente hay alguna área de nuestra vida que está
siendo sofocada y debe manifestarse.
El Estómago:
Es
la asimilación de las experiencias de aquello que nos sucede, y
cuando hay una sensación de que lo que sucede es demasiado, no hay
posibilidad de asimilarlas adecuadamente, entonces el estómago se
puede descomponer.
Hay
que observar, si sientes constantemente que es demasiado lo que te
sucede, que no puedes digerirlo, que además sucede todo el tiempo,
puede ser que sean tus patrones de conducta los que están creando
esta situación, por lo que es el momento de reflexionar y
seguramente cambiar.
El Páncreas:
Tiene
que ver con el azúcar y con la dulzura de la vida, pudiendo ser
dañado por la amargura, en especial por una madre muy amargada.
Los Riñones:
Involucran emociones y son el canal procesador de agua más importante, ya que es ahí donde se almacena los temores resultantes de traumas, los cuales dañan a nuestra vitalidad, bloqueando la motivación y el entusiasmo. Ya que es el encargado de almacenar la energía vital y distribuirla según las necesidades. Cuando sentimos miedo nos paralizamos y quiere decir que el riñon no está distribuyendo la energía y se ve afectado. A nivel psíquico está relacionado con la responsabilidad, determinación y fuerza de voluntad. Si su energía es débil habrá una voluntad débil.
Cuando
hay deficiencia de los riñones existirá fragilidad ósea, artrosis,
disminución de la audición, sordera, caída de pelo, calvicie,
caída de dientes.
El Bazo:
Retiene
los fracasos, los deseos de muerte, la apatía. Si en la vida nos
enfrentamos a más dificultades de las que podemos soportar, nos
daremos por vencidos, generando una creencia de fracaso, esto genera
que se pierda la voluntad para vivir, y el deseo de vivir. Lo que
presenta problemas de circulación y de digestión, pereza. Los
sentimientos se debilitan, y por lo tanto hay una tendencia a
intelectualizar todo.
Las Gónadas:
Almacenan lo inconsciente. Cuando perdemos nuestro poder o lo sedemos a algo más, (como drogas, alcohol, depresiones, accidentes, etc.) cuando abandonamos nuestra capacidad de dirigirnos, cuando perdemos nuestro propio empoderamiento, las energías externas a nosotros pueden posesionarse de nosotros y poseer nuestra capacidad para tomar decisiones y por tanto para crear nuestra vida.
Algunas
personas que han abandonado su propio gobierno en algún área de su
vida, crean vacíos energéticos y con ellos agujeros en el aura
perdiendo así más energía.
Corazón:
Nuestro corazón controla la afluencia de sangre y los vasos sanguíneos.
Lo rige la emoción del amor DAR y RECIBIR, cuando fluye libremente este se mantiene sano ya que esta equilibrado, cuando no podemos expresar nuestros sentimientos, cuando hay falta de amor, egoísmo, cuando no nos abrimos a recibir lo que nos dan entonces su funcionamiento se altera. El corazón controla la mente, el espíritu, el pensamiento. Cuando aparece insomnio, mala memoria, delirio, confusión es que hay una alteración de la energía del corazón. Esto en línea general se debe al miedo a amar y ser amado.
La Vesícula Biliar:
Es el precursor a tener problemas cardíacos, y resulta dañado por el temor a la pérdida, y todas las tensiones resultantes de una falta de confianza en la vida.
Es
ansiedad con respecto al futuro y aquí hay que mirar el tema de la
concepción, si tus padres no fueron positivos cuando fuiste
concebido, si el alma pasó por un momento de trauma al no ser
bienvenida a la nueva encarnación, se desarrolla una gran desilusión
sobre la forma en la que los padres se ocuparán del niño, entonces
sobrevienen problemas en la vesícula biliar.
Los Pechos:
Representan el aspecto nutriente de lo femenino, así como también la sexualidad, almacenan los sentimientos de la mujer con respecto a su sexualidad y de cómo los hombres la ven. De forma que si hay un trauma sexual, represión, resentimientos respecto a las expectativas de su rol, entonces los pechos pueden dañarse.
Las
Piernas:
Nos llevan hacia delante, nos sostienen, los problemas se presentan cuando no hemos tenido el coraje de dar un paso nuevo. Muchas veces es porque no hemos tenido el apoyo que creíamos necesitar, y entonces comienzan las dificultades con las piernas.
Las Manos:
Corresponden al dar y recibir, y el problema se desarrolla cuando creemos que hay un desequilibrio en este sentido con respecto a los demás, y por lo tanto no encontramos la armonía entre dar y recibir. Tiene mucho que ver con si nos imponemos a los otros, o bien si cedemos hasta perder nuestra fuerza de voluntad.
Este
desequilibrio se produce por un ego superdesarrollado o bien por
falta de autoestima.
El Cuello:
Es la parte más flexible de la columna, es el equilibrio de la voluntad con flexibilidad. Un cuello duro es una actitud rígida, la tensión se siente en el cuello cuando la propia rigidez nos hace mantener conceptos rígidos aún cuando sabemos que pueden estar equivocados.
El Pelo:
El pelo esta gobernado por el hígado de modo que la pérdida de cabello se produce por aferrarse rígidamente a la rabia o al enojo. Cuando imponemos nuestra voluntad sobre otros para reafirmarnos, seguimos trayendo a nuestro presente resentimientos pasados. Y si además somos intransigentes sin duda podemos tener problemas con el pelo.
Las Caderas:
Son los puntos de equilibrio, son energía creativa asociada con la crianza de los niños.
Es
nuestra habilidad para ponernos de pie y valernos por nosotros
mismos, la flexibilidad en las caderas, está relacionada con nuestro
sentimiento de libertad personal, y si ponemos atención a la etapa
de la adolescencia, en donde se produce el proceso de creación de la
personalidad, de nuestra identidad sexual, el primer sentimiento de
separación de los padres, de sus expectativas, de sus direcciones.
Si en esa etapa nos rendimos al control de nuestros padres, en vez de
encontrar nuestra propia dirección, entonces las caderas no se
desarrollarán adecuadamente. De modo que el deterioro de las caderas
realmente surge porque hemos permitido que otros tomen decisiones por
nuestros mismos, y no hemos expresado nuestro poder de modo que
sentimos culpa y resentimiento.
La Tiroides:
Es en donde almacenamos el enojo, liderado por actitudes rígidas, cuando la tiroides no funcionan bien, hay una calcificación anormal en los huesos, y que puede también desarrollar artritis, recordando una vez más que el cuerpo rígido proviene de una mente rígida.
El Timo:
Almacena temor y gobierna nuestro sistema inmunológico de forma que cuando tenemos miedo este hace que una persona retroceda y se haga pequeña, perdiendo así la integridad en una situación, y cuando esto sucede, el sistema inmunológico se debilita permitiendo que los virus nos ataquen.
Cuando
tenemos un virus, hay que observar por dónde surgió el temor en
nuestra vida, dónde nos hicimos pequeños frente a que situación,
para sanarlo se recomienda visualizar esa situación de forma
diferente, en donde nos podamos enfrentar a nuestro temor, ello
ayudará a combatir el virus.
Las Glándulas Suprarrenales:
Almacenan
pena y nos lleva al complejo de víctimas, ¿Peleo o me escapo? Y las
victimas siempre culpabilizan a los demás, a la vida, creen que hay
algo ahí afuera que se va a apoderar de ellos, y que los está
persiguiendo.
Esto
sucede cuando no estamos dispuestos a aceptar con amor una
experiencia emocional dolorosa, reaccionamos como si el mundo fuera
responsable y nos olvidamos de que cada uno es responsable de su
propia creación, de su vida.
La Glándula Pituitaria:
Almacena pena reprimida, al acoger con amor la pena o dolor que hemos sufridos, podemos abrir una puerta o un camino hacia una conciencia superior.
Acogiendo
amorosamente el dolor, nos permitiremos experimentar la dualidad y
reconciliar, justo esto libera toda la parte del juicio y ayuda a la
glándula pituitaria. La dualidad representa lo correcto e
incorrecto, lo bueno y lo malo, lo positivo o lo negativo, a todo
nivel.
La
Glándula Pineal:
Necesita
luz natural, luz de día, necesita entusiasmo y si no hay suficiente
entusiasmo en tu vida, la glándula pineal no funcionará
adecuadamente, si esto sucede, habrá una necesidad de salir a la
naturaleza a fin de encontrar dicha luz natural. Cubrir esta
necesidad es muy recomendable, contactar con la luz y con su energía,
realmente ayudará a nuestra glándula Pineal.
La
Columna Vertebral:
La
columna vertebral representa la fuerza de voluntad, cuando no somos
capaces de mantener nuestra propia visión en la vida, al
enfrentarnos a la presión externa, podemos generar ESCOLIOSIS, la
distorsión de la columna, la que se curva porque su fuerza de
voluntad se doblega.
La columna vertebral es una vía muy importante para conectar con el prana o energía vital, a través del principal canal energético que pasa por ella, el tubo pránico ó sushumna nadi, al alinear nuestra columna nuestra fuerza de voluntad se alinea con la voluntad divina, algunas personas lo llaman co-creación, pero realmente se trata de la columna vertebral que se abre a la Kundalini, esto ayuda muchísimo a los problemas de columna. A medida que vamos tomando conciencia de ella, la columna mejora.
Los Órganos Sexuales:
Son la reproducción, y también es la habilidad de expresarse sexualmente. Puede haber una discapacidad de integrar la parte femenina si los padres desearon un chico del sexo opuesto, puede ser que exista un enfrentamiento a la propia moralidad e incluso un auto-castigo.
La Espalda:
Es
lo que uno deja detrás, lo que se quiere olvidar, lo que está en el
fondo de nuestra mente, la parte baja de la espalda es el apoyo, y el
dolor en esta parte deviene cuando resentimos el no tener apoyo que
creemos necesitar, a fin de lograr algo.
La Vejiga:
Libera agua, es la expresión de manifestar exteriormente la emoción. Si la vejiga esta débil, sentimos dificultades para expresar nuestros sentimientos.
EL Intestino Delgado:
Es el encargado de transformar los alimentos en nutriente y transmitirlo a las células del organismo. Los trastornos en este, están directamente relacionados con la incapacidad de retener y absorber todo lo bueno que se presenta en nuestra vida, las personas que padecen estas afecciones, normalmente tienden a rechazar situaciones, solo por ver detalles que no son de su agrado aunque sean mínimos dentro de una situación global.
El Intestino Grueso:
El Intestino Grueso tiene que ver con la materia sólida y esto nos habla sobre nuestra capacidad para lidiar con todos los temas materiales.
Tiene
que ver totalmente con dejar ir y soltar todas las cosas que no nos
sirven, y la incapacidad de dejar ir puede ser el resultado de un
miedo a la pérdida. ¿Qué es lo que se pierde si se deja ir?
También
tienen que ver con soltar viejas ideas o creencias que ya no son
necesarias (estreñimiento) o rechazan rápidamente los pensamientos
que podrían beneficiarnos (diarrea).
Los intestinos nos dan un mensaje claro, aprender a nutrirnos de buenos pensamientos, aceptando las buenas ideas de prosperidad y valoración para nuestra vida, dejando ir todo aquello que ya no nos hace falta en el momento presente.
Nuestro
cuerpo nos habla, se expresa a través de su funcionamiento, cuando
algo no anda bien, nos esta queriendo manifestar algo, nos esta
poniendo en aviso de que hay algo que debemos trabajar, cambiar
trasmutar, algo que quizás debamos soltar, algo que debamos
expresar, preguntémonos si es por algo ajeno o si es por algo
interno a resolver, esto no significa no recurrir a un medico, por el
contrario, es bueno y saludable hacer las consultas pertinentes, para
resolver las dolencias físicas, pero también es muy bueno
identificar que expresa nuestro cuerpo para resolver nuestras
aflicciones, angustias, que en muchos casos se enmascaran tras alguna
dolencia física.
Somos seres espirituales viviendo una experiencia física, como tales somos parte indisoluble de la creación, somos UNO CON DIOS, UNO CON EL UNIVERSO, no estamos separados de nada, todo nuestro potencial esta ahí a nuestra disposición, para ser descubierto, para ser utilizado en nuestro beneficio.
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