El Reiki, como el resto de las
terapias de origen oriental contempla a la persona desde el punto de
vista energético; el Ser Humano existe en diferentes niveles:
físico, emocional, mental y espiritual y el Reiki,
la energía de vida, funciona en todos ellos. Sus beneficios pueden
sintetizarse en dos puntos clave: relaja y equilibra energéticamente,
favoreciendo la tranquilidad y la claridad mental
En una sesión de Reiki, el
terapeuta se relaja, armoniza su energía (Ki) con la energía del
Universo (Rei) y a través de una suave imposición de manos consigue
que el paciente sintonice con esta última y equilibre así su propia
energía, a nivel no sólo físico, sino también emocional, mental,
y espiritual, logrando que el paciente se sienta más relajado tras
una sesión.
Los diferentes niveles del Ser Humano de los que
hablábamos antes están interrelacionados entre sí por unos centros
de energía llamados chacras. Los traumas y las disfunciones tanto
físicas como psicológicas se reflejan en ellos. Cuando recibimos un
fuerte impacto emocional el aura se desajusta, se separa literalmente
del cuerpo y hace que nos sintamos fuera de lugar, “descolocados”.
El reajuste energético que se lleva a cabo en una sesión de Reiki
consigue devolver el aura a su eje y entonces volvemos a sentir que
tenemos un lugar en el mundo. Todas las emociones se procesan en el
aura: un exceso, un defecto o un bloqueo en el flujo de energía
repercute en cómo nos sentimos.
Si el 7º chacra, situado en lo alto de la
cabeza, esta hiperactivo tenemos menos capacidad de concentración,
por el contrario si está bloqueado nos sentimos deprimidos,
separados del resto del Universo.
Cuando estamos preocupados por algo y no hacemos más
que dar vueltas a la cabeza una nube oscura bloquea nuestro 6º
chacra, situado en el entrecejo.
En el 5º chacra, situado en la garganta, se
quedan literalmente atascadas las emociones no manifestadas, las
palabras no dichas.
El 4º chacra, ubicado en el corazón,
refleja nuestros sentimientos más profundos: Amor, Alegría,
Comprensión . . . es también una puerta al mundo espiritual, cuando
rompemos nuestra conexión con nuestro mundo interior no solo nos
privamos de sentir esas emociones sino que nos aislamos, el mundo es
ya un sitio hostil en el que no encontramos nuestro lugar, una de las
mayores satisfacciones que
encuentro en mi trabajo como sanador es ver como
cuando, generalmente tras pocas sesiones, la persona reestablece esa
conexión espiritual y ya no ve las cosas como antes: adquiere más
confianza, más tranquilidad, brilla de una forma más intensa.
El 3er chacra, en el plexo solar, refleja
entre otras cosas la opinión que tenemos sobre nosotros mismos. Si
el chacra esta hiperactivo, pero no procesa la energía, nos sentimos
confusos, no sabemos que pensar sobre nosotros mismos, tenemos
ansiedad.
El 2º chacra, que se encuentra en el
abdomen, para mi refleja sobre todo el poder personal: “yo soy”,
“yo valgo”, cuando no fluye mucha energía a través de él nos
sentimos inferiores, creemos que los demás valen más que nosotros.
Por último el 1er chacra, al final de la
columna vertebral, nos conecta con la tierra, nos da un sentimiento
de ser alguien, de pertenecer a algo, de “tener raíces”. Sin
embargo, cuando canaliza poca energía nos sentimos desorientados, no
sabemos dónde estamos ni quienes somos.
El impacto en la persona de las alteraciones
energéticas que acabamos de apuntar depende de la duración e
intensidad del trauma que las causaron: una discusión con un ser
querido, por ejemplo, nos descoloca el aura, si todo vuelve a su
cauce, en unos días nuestro cuerpo energético recupera la
normalidad, pero si la situación perdura o el impacto en nosotros ha
sido demasiado grande, el desajuste de la energía se hace crónico y
nuestro malestar se va agravando con el tiempo.
A través del Reiki se pueden corregir estos
problemas. La persona se siente más fluida, siente que la
intranquilidad, que la opresión en el pecho que tenía ha
desaparecido y se atreve a replantearse cuestiones personales o de su
relación con los demás, que antes no se atrevía, pues ya no
existen los bloqueos energéticos que la paralizaban.
Fuente: Sanación Natural
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